El aceite esencial de Ylang-Ylang me cautivó desde que lo
olí por primera vez. Mi profesor de Aromaterapia nos explicó que es uno de esos
aceites que no tienen término medio: o te gusta o no lo soportas. Él no lo
soporta.
A mi me parece cálido, sensual, envolvente, intenso y a la
vez delicado, exótico, muy femenino. Quizá no sea uno de los aceites de
elección para una aromateca casera o de urgencia pero vale la pena probarlo
aunque sea una vez.
Bien diluido es excelente en uso cutáneo e increíble en
difusión atmosférica.
Aceite esencial quimitopiado de Ylang-Ylang (Cananga
odorata)
Tiene propiedades calmantes a nivel cardíaco y respiratorio,
es equilibrante e hipotensor, sedante y relajante, antiespasmódico. Pero a la
vez es un interesante tónico sexual, afrodisíaco, despierta el deseo y agudiza
los sentidos.
Es por ello que se utiliza en casos de taquicardia e
hipertensión, momentos de ansiedad y nervios, insomnio… También en situaciones
de cansancio, agotamiento físico, de falta de deseo sexual debido a la carga de
trabajo, al estrés del cada día…
Es perfecto para preparar baños relajantes y sensuales, para
“desconectar” del trabajo, los estudios y otros problemas, para mimarse…
Se pueden diluir dos gotitas en 10 ml de aceite vegetal de
avellana para llevarlo en un roll-on y así aplicarlo en el plexo solar o parte
interior de las muñecas en momentos de estrés.
A nivel de la piel también es muy tonificante, regenerador
celular y antiséptico tiene propiedades sebo reguladoras.
¿Cómo utilizarlo? En difusión es una delicia. Una gota en
vuestra crema dará un toque oriental y floral a vuestros cuidados diarios. 2
gotas en un tazón de leche vegetal o algo de arcilla para un baño relajante. ¿Y
si queremos algo más sensual? Aceite vegetal de almendra, 3 gotitas de Ylang… y
a disfrutar de un cálido masaje. ¿Apetece?
No hay comentarios:
Publicar un comentario